Hay vida más allá del dulce de membrillo. El horno vuelve al membrillo delicado y tierno sorprendiendo con su sabor y su textura. Ahora mismo es fruta de temporada y tenemos que aprovecharla.
La receta está sacada, sin prácticamente cambiar una coma, del libro 100 recetas de pan de pueblo del maestro Iban Yarza. Es un libro que si no tenéis, deberíais tener porque es una maravilla para leer, mirar y gozar. Además, para los que no busquéis un libro de recetas, al menos conseguid su "primera parte", Pan de pueblo, porque no hace falta ser cocinillas para disfrutar cada página de esta obra.
La torta de membrillo es un dulce tradicional de algunas zonas de Aragón y también tiene su equivalente en la coca de codony en Castellón. Estas masas levadas y tradicionales son, de largo, mis preferidas.
No está siendo un año fácil para nadie, así que encontrar estos lindos ratos de preparar algo, de enfaenarse en una masa, de sentarse delante del horno y ver la masa crecer y luego disfrutarla... ayuda, vaya si ayuda. Yo me lo paso como una enana. Y he decidido que este año (todavía más) mi vida va de esto, de alegrarme por lo muy chiquito y compartirlo con quien tengo cerca y no hablo precisamente de distancia física. Lo otro, se me escapa.
Ingredientes
Para el fermento (de la noche anterior)
· 40 g de harina panadera
· 20 g de agua
· 0,2 g de levadura fresca (tamaño de una lenteja)
Para la masa
· 60 g del fermento
· 200 g de harina panificable suave (W130)
· 20-30 g de agua
· 50 g de huevo (un huevo mediano)
· 50 g de aceite de oliva
· 20 g de azúcar
· 4 g de sal
· 4 g de levadura fresca
Para el relleno
· 300-400 g de membrillo pelado y cortado en láminas (usé dos membrillos)
· 60 g de azúcar
· Aceite de oliva
Preparación
1. Preparar el fermento de víspera. Mezclamos los ingredientes y los dejamos fermentar a una temperatura superior a 20 ºC, siendo 25 ºC lo ideal.
2. Al día siguiente mezclamos todos los ingredientes de la masa. Es una masa un tanto pegajosa, así que cuando acabemos de mezclar es recomendable dejarla en un bol reposando unos 10 o 15 minutos.
3. Tras el reposo, amasamos la masa hasta que quede fina y homogénea. Queda una bolita muy gustosa.
4. Dejamos fermentar sobre hora y media. Ibán nos recomienda hasta que pierda tenacidad y se pueda estirar bien.
5. Estiramos la masa con un rodillo formando un rectángulo de aproximadamente 25 por 35 cm.
6. Pelamos y cortamos en láminas finas los membrillos. Es una fruta algo dura, utilizad un buen cuchillo.
7. Colocamos las láminas de mebrillo sobre la masa. Espolvoreamos con 30 o 40 g de azúcar (dos cucharadas escasas) y echamos un chorrito de aceite de oliva.
8, Horneamos de 30 a 40 minutos a 180 ºC, calor arriba y abajo, el membrillo ha de quedar tierno y la masa dorada.
9. Al sacar la torta del horno, podemos espolvorear un poquito más de azúcar por encima (unos 20g o una cucharada).
10. Dejamos enfriar y degustamos.
Notas
- En mi caso, no tenía harina panificable suave, sino media (W170) así que utilicé 100 g de harina de repostería, floja y 100 g de la harina panificable que tenía.
La masa ya estirada |
Antes de entrar al horno |
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