Resulta que hoy es el quinto aniversario de mi querido bloguito.
¡¡¡Cinco años!!!
Va camino de convertirse en otra de mis relaciones largas y duraderas, como la que mantengo con la Escuela, con los jerseys de lana con grecas o vivir en permanente despiste. ¿Os he contado que toda la semana pasada tomé unas medicinas que no eran las que me correspondían porque me equivoqué de bote?
Esta circunstancia, agravada por la carcelita, ha enajenado un poco más mi atolondrada cabeciña.
Así que, ahora me dedico a ver vídeos kitsch de señoras rusas que hacen brioches añorando convertirme en la Lara de Doctor Zhivago para pasear en un tren sobre la nevada estepa siberiana.
Mientras esto sucede, aprendo a plegar panes con mi amiga Valentina. Dentro de unos meses hablaré ruso fluido, no lo dudéis. Sólo tengo que desempolvar mis apuntes a la par que descubro el potencial de aplicar la geometría y la matemática a las masas levadas. Quedan cosas taaaaaaaaaaaaaaan bonitas.
Por todas estas razones y mi amor infinito a la mantequilla, este brioche, ha sido la receta escogida para celebrar este aniversario. Elegante, a la par que sobrio. Sencillo, pero barroco. Plácidamente, de forma muy tensa... En fin, algo sin pretensiones, ¡ni modestia! ;)
Incluso si ponéis mucha atención, escucharéis de fondo a la orquesta sinfónica del Bolshói tocando el Vals del Segundo que he contratado para vosotros. Los y las lectoras que pasáis por aquí, no merecéis menos.
De verdad, ¡muchas gracias por todo este tiempo!
Para vuestra tranquilidad, aclaro que otra fans de Valentina, la autora de Kanela y Limón, ha tenido a bien adaptar la receta a una lengua que sepamos leer. Las proporciones de los ingredientes funcionan y no son resultado de una interpretación mía de los caracteres cirílicos —aunque sabed que servidora supo leer ruso—. De su blog he copiado todito porque cambiar una coma, sería un error.
Y para dejar mis gustos decimonónicos atrás, volverme una posturetas del siglo XXI y romper toda la magia, os dejo la nueva cuenta de instagram del blog donde voy a procurar subir las fotos más bonitas. Creo que le puede venir bien algo de vidilla a este rincón.
Ingredientes.
Para la masa.
· 60 g de leche
· 1 huevo + 1 yema de huevo
· 60 g de azúcar
· 4 g de levadura seca de panadería
· 110 g de puré de calabaza
· 380 g de harina de fuerza
· 6 g de sal
· 80 g mantequilla (blandita)
Para el relleno.
· 180-200 g aprox de crema de chocolate y avellanas (nutella, nocilla, casera)
Preparación.
Puré de calabaza.
1. Lavamos la calabaza y la cortamos en cuñas/rodajas.
2. La asamos en el horno durante 45 minutos a 18ºC o hasta que esté tierna.
3. Sacamos la calabaza del horno, retiramos la carne con una cucharada y trituramos.
Masa.
1. Ponemos en un bol la leche del tiempo y disolvemos la levadura.
2. Incorporamos el huevo y la yema batidos.
3. Añadimos el azúcar, la sal, el puré de calabaza. Mezclamos bien.
4. Volcamos la harina y comenzamos a amasar. Primero iremos uniendo los ingredientes y, poco a poco, veremos que se forma una bola de masa suave. Aquí hay dos posibilidades y las dos funcionan. O bien utilizáis una máquina con gancho amasador o estas lindas manitas que la naturaleza nos dio. Es cuestión de paciencia.
5. Cuando la masa tenga una textura adorable, suave, algo elástica tendremos que incorporar la mantequilla. Partimos pedaciños de mantequilla y los vamos añadiendo, de uno en uno, y amasando hasta que estén bien integrados. Un amasado francés es lo que procede.
6. Untamos un bol con un poco de aceite, metemos la masa en él y la tapamos con papel film. Dejamos reposar una noche en la nevera.
7. A la mañana siguiente, el dinosaurio todavía estaba allí. Ah no. Seguimos. Sacamos la masa del bol, pesará entre 750-800g, y la dividimos en cuatro porciones iguales. Boleamos cada una de ellas.
8. Estiramos una bolita ayudándonos con un rodillo hasta que obtengamos un círculo de 20 cm de diámetro. Colocamos el disco de masa sobre papel de hornear. Untamos dos cucharadas generosas de crema de chocolate sobre este disco de masa. Procuramos no llegar al borde, dejando un margen de 1,5 cm aprox.
10. Estiramos otra bolita de masa y la colocamos sobre la anterior. Volvemos a untar de crema de chocolate. Repetimos ambos pasos una vez más y finalmente tapamos con el último disco de masa.
11. Llevamos al frigorífico durante media hora para que se endurezca la crema de chocolate y luego sea más fácil realizar los cortes.
12. Es el momento de cortar y formar el brioche. No tengo fotos del paso a paso y explicarlo en abstracto no ayuda mucho. Os recomiendo que veais el vídeo de Valentina y el post de Kanela y Limón y yo procuraré hacer unos dibujiños.
13. Una vez formado, dejamos reposar durante media hora. Pincelamos con huevo la superficie.
14. Precalentamos el horno a 190ºC. Cuando esté caliente, introducimos el brioche y bajamos la temperatura a 160ºC. Horneamos durante 30-40 minutos hasta que esté dorado.
15. Dejamos enfriar.
Notas.
- He utilizado una calabaza de variedad Potimarron que le dio muchísimo color a la masa. Si utilizáis otra variedad, igual no os sale una masa tan naranja.
- Este tipo de bollería, es mejor consumirla en el día.