Érase una vez un calabacín que vivía en una continua parajoda entre su nombre y su tamaño, una lombarda que se debatía entre mantenerse oculta o hacerse el harakiri y mostrar su geométrico interior, y una bonita y perfecta calabaza con potencial Samaín que dedicaban sus días a jugar al monopoly aburridas de la vida de la huerta. Nos habían salido urbanitas, qué le vamos a hacer.
Esa noche, la calabaza ganó, y en uno de sus barrios recién construidos, conoció a un cuchillo seductor y peligroso y, claro, el amaretto hizo el resto.
Ahora vamos a dejar esta metáfora antes de que les cojamos demasiado cariño a tan pintorescos personajes y se nos complique sentimentalmente realizar el plato. Que por otro lado no tiene nada de difícil y, sin embargo, mucho de bueno. No recuerdo de donde salió exactamente pero sí su autor, Martín Berasategui. Así que os aseguro a un 200% que la historia termina bien ;)
(*) Etiqueta de kilometro cero. Recordad, un alto porcentaje de sus ingredientes son cultivados, recogidos, fabricados en un radio cercano: huertas de colegas, alimentos del mercado de los que se conozca su procedencia, productos procesados de pequeñas empresas gallegas, huevos de casa, etc.
Ingredientes.
· 500 g de calabaza limpia y troceada.
· 1 puerro.
· 1/2 L de caldo de verduras o 1/2 L de agua.
· 50 g de almendra molida.
· 1 yogur natural.
· 2 ó 3 cucharadas de Amaretto.
· Sal.
· Aceite de oliva.
Preparación.
1. En una olla capaz ponemos dos o tres cucharadas de aceite de oliva. Añadimos el puerro picado y la calabaza troceada. Rehogamos durante 6-8 minutos a fuego suave.
2. Añadimos las almendras molidas. Dejamos que se tuesten un poco, pero hay que remover bien para que no se peguen.
3. Cubrimos con caldo de verduras o agua y dejamos hervir durante 20 minutos aproximadamente.
4. Cuando la calabaza esté cocida, se retira y reserva temporalmente parte del caldo de cocción. Batimos con la batidora.
5. Incorporamos el yogur y el amaretto. Añadimos el caldo sobrante hasta completar la textura que nos guste (más o menos espeso). Rectificamos de sal y servimos bien caliente.
Recomendaciones.
- No haría muchos cambios, merece la pena probarla tal y como se explica en la receta. Lo diferente es el toque del yogur y el amaretto. Aún así se puede sustituir el yogur natural, por crème fraîche, yogur griego, etc. y el puerro por cebolla o cebolleta.
- Servir acompañada de picatostes o lo que se os ocurra.
- Calabaza y puerros de la huerta de María. Yogures de Casa Xanceda. Almendras de Casa Cuenca. El Amaretto NO es kilómetro cero, evidentemente.
Esa noche, la calabaza ganó, y en uno de sus barrios recién construidos, conoció a un cuchillo seductor y peligroso y, claro, el amaretto hizo el resto.
Ahora vamos a dejar esta metáfora antes de que les cojamos demasiado cariño a tan pintorescos personajes y se nos complique sentimentalmente realizar el plato. Que por otro lado no tiene nada de difícil y, sin embargo, mucho de bueno. No recuerdo de donde salió exactamente pero sí su autor, Martín Berasategui. Así que os aseguro a un 200% que la historia termina bien ;)
(*) Etiqueta de kilometro cero. Recordad, un alto porcentaje de sus ingredientes son cultivados, recogidos, fabricados en un radio cercano: huertas de colegas, alimentos del mercado de los que se conozca su procedencia, productos procesados de pequeñas empresas gallegas, huevos de casa, etc.
Ingredientes.
· 500 g de calabaza limpia y troceada.
· 1 puerro.
· 1/2 L de caldo de verduras o 1/2 L de agua.
· 50 g de almendra molida.
· 1 yogur natural.
· 2 ó 3 cucharadas de Amaretto.
· Sal.
· Aceite de oliva.
Preparación.
1. En una olla capaz ponemos dos o tres cucharadas de aceite de oliva. Añadimos el puerro picado y la calabaza troceada. Rehogamos durante 6-8 minutos a fuego suave.
2. Añadimos las almendras molidas. Dejamos que se tuesten un poco, pero hay que remover bien para que no se peguen.
3. Cubrimos con caldo de verduras o agua y dejamos hervir durante 20 minutos aproximadamente.
4. Cuando la calabaza esté cocida, se retira y reserva temporalmente parte del caldo de cocción. Batimos con la batidora.
5. Incorporamos el yogur y el amaretto. Añadimos el caldo sobrante hasta completar la textura que nos guste (más o menos espeso). Rectificamos de sal y servimos bien caliente.
Recomendaciones.
- No haría muchos cambios, merece la pena probarla tal y como se explica en la receta. Lo diferente es el toque del yogur y el amaretto. Aún así se puede sustituir el yogur natural, por crème fraîche, yogur griego, etc. y el puerro por cebolla o cebolleta.
- Servir acompañada de picatostes o lo que se os ocurra.
- Calabaza y puerros de la huerta de María. Yogures de Casa Xanceda. Almendras de Casa Cuenca. El Amaretto NO es kilómetro cero, evidentemente.