29 de septiembre de 2013

crema de calabaza y almendras kilometro cero

Érase una vez un calabacín que vivía en una continua parajoda entre su nombre y su tamaño, una lombarda que se debatía entre mantenerse oculta o hacerse el harakiri y mostrar su geométrico interior, y una bonita y perfecta calabaza con potencial Samaín que dedicaban sus días a jugar al monopoly aburridas de la vida de la huerta. Nos habían salido urbanitas, qué le vamos a hacer.


Esa noche, la calabaza ganó, y en uno de sus barrios recién construidos, conoció a un cuchillo seductor y peligroso y, claro, el amaretto hizo el resto.

Ahora vamos a dejar esta metáfora antes de que les cojamos demasiado cariño a tan pintorescos personajes y se nos complique sentimentalmente realizar el plato. Que por otro lado no tiene nada de difícil y, sin embargo, mucho de bueno. No recuerdo de donde salió exactamente pero sí su autor, Martín Berasategui. Así que os aseguro a un 200% que la historia termina bien ;) 

Crema de calabazas y almendras km0

(*) Etiqueta de kilometro cero. Recordad, un alto porcentaje de sus ingredientes son cultivados, recogidos, fabricados en un radio cercano: huertas de colegas, alimentos del mercado de los que se conozca su procedencia, productos procesados de pequeñas empresas gallegas, huevos de casa, etc.

Ingredientes.

· 500 g de calabaza limpia y troceada.
· 1 puerro.
· 1/2 L de caldo de verduras o 1/2 L de agua.
· 50 g de almendra molida.
· 1 yogur natural.
· 2 ó 3 cucharadas de Amaretto.
· Sal.
· Aceite de oliva.

Preparación.


1. En una olla capaz ponemos dos o tres cucharadas de aceite de oliva. Añadimos el puerro picado y la calabaza troceada. Rehogamos durante 6-8 minutos a fuego suave.

2. Añadimos las almendras molidas. Dejamos que se tuesten un poco, pero hay que remover bien para que no se peguen.

3. Cubrimos con caldo de verduras o agua y dejamos hervir durante 20 minutos aproximadamente.


4. Cuando la calabaza esté cocida, se retira y reserva temporalmente parte del caldo de cocción. Batimos con la batidora.

5. Incorporamos el yogur y el amaretto. Añadimos el caldo sobrante hasta completar la textura que nos guste (más o menos espeso). Rectificamos de sal y servimos bien caliente.

Recomendaciones.


- No haría muchos cambios, merece la pena probarla tal y como se explica en la receta. Lo diferente es el toque del yogur y el amaretto. Aún así se puede sustituir el yogur natural, por crème fraîche, yogur griego, etc. y el puerro por cebolla o cebolleta.
- Servir acompañada de picatostes o lo que se os ocurra.
- Calabaza y puerros de la huerta de María. Yogures de Casa Xanceda. Almendras de Casa Cuenca. El Amaretto NO es kilómetro cero, evidentemente.

24 de septiembre de 2013

cocochas de rape

cocochas de rape

Mientras escribía esta entrada me ha venido una luz. En mi conservatorio había una profesora de piano que se hacía llamar -espero que no fuera su nombre real-, Cococha. A partir de ahí ya me ha dado la risa, y esto no es serio.
Porque una cosa lleva a la otra y entonces me acordé Plácido Travieso, otro profesor de piano y coro. Tan tranquilo como su nombre, y tan lejos de su apellido. Tenía una tarjeta de visita con un Schroeder de Snoopy dibujado. Un tío majo. Años después he encontrado a alguien que conocía a su hermano. De los Travieso de toda la vida. Qué familia.

Pero volvamos a las cocochas de rape, que divago por temas musicales, y realmente no puedo presumir de ello, aunque a veces los echo en falta. Pertenezco a una familia que ni Sonrisas y Lágrimas y claro, la cabra tira al monte. Pero insisto en la historia...


El otro día, Marina, en un acto de valentía, me dijo "pequena, tengo unas cocochas de rape, ¿quieres hacerlas para mañana?", yo dije "vale". ¿Qué otra cosa se puede decir ante un ingrediente de primera? Y rebusqué un poco por aquí y por allá y este es el resultado. Me lo apunto porque para ser la primera vez, hasta Jose Luis dijo que estaban muy buenas. Minipunto.

Ingredientes. (4-6 personas)

· 1,300-1,500 kg de cocochas de rape.
· 2 cebollas.
· 1/2 pimiento verde.
· 2 dientes de ajo.
· Un tomate maduro.
· Salsa de tomate casera.
· Un huevo.
· Harina.
· Perejil.
· Vino blanco. (En este caso, usé Albariño).
· Aceite de oliva.

· Sal.
· Azúcar.
· Una guindilla.
· Patatas.


Para el caldo.

· Huesos de rape.
· Una cigala. (Teníamos una despistada, sola y muerta de frío en el congelador).
· La parte verde de un puerro.
· Una zanahoria.
· Media cebolla.
· Un ramillete de perejil.
· Agua. 

Preparación.

1. Comenzamos preparando el caldo. Para ello ponemos en una olla o cazo alto todos los ingredientes del caldo, cubrimos con agua y dejamos hervir durante 20-30 minutos a fuego suave. Tenemos que ir desespumando el caldo con una espumadera o cazo. Colamos y reservamos.

2. Mientras, limpiamos las cocochas. Hay que quitarles la telilla negra que las recubre. Posteriormente las salamos.


3. Ahora vamos a rebozar y freír las cocochas. Calentamos en una sartén abundate aceite de oliva. Pasamos cada trozo de pescado por harina, (dándole unos golpecitos al terminar para que no coja demasiada) y después por huevo batido. Echamos sobre la sartén a fuego medio-fuerte y dejamos dorar por ambos lados. No debemos freírlas demasiado. Escurrimos bien y las colocamos en un recipiente con papel absorbente.

4. Pelamos la cebolla y lavamos el pimiento. En una cazuela amplia y baja ponemos un chorro de aceite de oliva, la guindilla, y sofreímos las verduras lentamente. Cuando la cebolla y el pimiento estén sofritos, añadimos los dientes de ajo cortados en láminas. Dos o tres minutos después, incorporamos el tomate cortado en trozos y una pizca de azúcar. Cocinamos todo junto unos 10 minutos más. Retiramos la guindilla.

5. Subimos el fuego y vertemos un vaso de vino blanco sobre el sofrito. Lo dejamos que hierva unos 2-3 minutos para que se evapore el alcohol. Añadimos ahora unas 6 cucharadas de salsa de tomate.

6. Es el momento de triturar la salsa. Podemos poner el contenido de la sartén en el vaso de la batidora y batir, o pasarlo todo por el pasapurés. Luego lo volvemos a echar la salsa en la cazuela.

7. Añadimos ahora un vaso o dos de caldo de pescado y removemos bien para que se integre con el resto de la salsa. Colocamos las cocochas con cuidado y dejamos cocer todo a fuego suave unos 5-10 minutos más.

8. Mientras freímos unas patatas en rodajas.


9. Añadimos abundante perejil picado al pescado y servimos acompañado con las patatas.

Recomendaciones.


- ¡Unas almejas! Podéis abrirlas separadamente y agregarlas al final del guiso. De fábula.
- Seguramente os sobre caldo, pero lo congeláis para un arroz.



 

19 de septiembre de 2013

pastel de acelgas

pastel de acelgas

Los pasteles de verduras son nuestros amigos. Nos guían y acompañan en otros modos de hincarle el diente a esas hojas verderolas.

Luego está la versión de mi padre que dice que cualquier verdura está buena, -y cuando dice buena quiere decir que un niño se la come sin problemas- en cuanto le echas mayonesa. Mayonesa de verdad, claro. Así nos ha convencido a todos los pequeños humanoides a los que ha educado alimentariamente durante distintos períodos.


Mi clasificación de verduras de hoja procedentes de la tierra es la siguiente.

Verduras de hoja verde: aquí caben las espinacas, acelgas, coles, grelos, etc.
Verduras de ensalada que también son de hoja verde: lechugas, canónigos, escarola, berros, endibias, -rúcula no, la rúcula es el mal- y claro, aquí vuelven a caber las espinacas, coles, etc.

Y de todas esas plantas me gusta comer varios días a la semana. Así que cuantas más ideas mejor.

Receta de Karlos Arguiñano, de un un coleccionable de la revista Semana. ¿Se puede ser más viejuno que un pastel de acelgas sacado de ahí? Jajajaj. Diría que sí, si le hubiese colocado una ramita de perejil por bandera. Pero por suerte para vosotros, no fui yo la autora de este plato, Mary did, y os habéis ahorrado el perejil.

Si es que no puedo ser el perejil de todas las salsas.


Ingredientes.

· Un manojo de acelgas.
· 3 huevos.
· 100 mL de leche.
· Jamón serrano en taquitos.
· 1 diente de ajo.
· 1 cebolla.
· Aceite de oliva.
· Sal.

Preparación.

1. Lavamos las acelgas y reservamos las pencas para otra receta. Cocer las hojas en abundante agua con sal. Cuando estén cocidas, escurrimos muy bien.

2. En un sartén con un par de cucharadas de aceite de oliva, pochamos primero la cebolla y luego añadimos el diente de ajo picado. Cuando esten dorados, añadimos el jamón y salteamos todo junto.

3. Incorporamos las acelgas al sofrito y cocinamos un par de minutos más. Apagamos y dejamos templar.

4. En un bol batimos tres huevos e incorporamos la leche.

5. Añadimos ahora las verduras con jamón a la mezcla de huevos y leche. Rectificamos de sal y pimienta.

6. En un molde vertemos la mezcla.

7. Horneamos al baño maría a 180-200ºC unos 20-30 minutos.

8. Retiramos del horno, dejamos templar y desmoldamos. Aunque no tenga foto, desmolda bien y queda un corte muy bonito.

Recomendaciones.


- Cada porción de pastel se puede acompañar de una rebanada de pan tostado o frito.
- Este pastel se puede hacer con casi cualquier verdura. La receta original era con judías verdes y champiñones.
- En vez de leche, se puede utilizar nata o leche evaporada.
- Es posible que sea necesario cubrir el pastel con papel de aluminio a mitad de la cocción para que no se queme.

9 de septiembre de 2013

bizcocho de plátano y chocolate

¿Conocíais este cuento? Lo tengo desde pequeñaja.

¡Se acabaron las vacaciones! Después de unas cuantas semanas conviviendo con una mezcla de "tienes el blog abandonado vs. cuando vuelvas lo retomarás con fuerza" hoy toca publicar receta. Además, con mucha ilusión porque ya han sido varios los que me lo han recordado.

Tampoco se puede decir que me haya alejado de la cocina. En verano, es tiempo de cocinar a gran escala (en número de comensales) y practicar aquello del cálculo a ojo, cuanto arroz para doce o, ejem, sólo tocamos a tres croquetas. Y lo que para mí es más difícil de todo ¿cuánto pan se compra? Pues vaya usted a saber, si los tropecientos deciden hacerse bocatas y montaditos no hay cálculo que valga. Si de repente se come fuera o se acaba la mortadela, sobra pan para un regimiento (menos mal que siempre están los pudines y gazpachos para remediarlo).

Pero he probado y practicado muchas cosas. Desde los clásicos multitudinarios fareros como la ensalada campera, el pisto, los filetes y ensaladilla soviéticos hasta la exquisita fondue de pescado de la que, sin duda, os tengo que hablar. He aprendido la técnica de arroz en paella valenciana, a hacer musaka griega con canela (¿o era veneno?), y una pasta tipo oriental con curry, gambas y pollo. Por el mundo he probado, ¡por fin!, los scones en Irlanda, un pan de leche recién hecho que me ha reconciliado de nuevo con las masas pegajosas, y me traigo muchas recetas de la fábrica de Guinness para realizar con esta cerveza. Fer, te espero para ello.

Además es tiempo de "horticultura" y mis queridos proveedores (guiño guiño) llenan la cesta de acelgas, espinacas, tomates, calabacines, manzanas, lombardas, patatas, peras, calabazas... todo recién cogido. I'm a lucky girl.

Pero bueno, nada de eso es para esta entrada. Hoy toca un fácil bizcocho de chocolate y plátano muy recomendable para llevar a una reunión de merienda de agosto de las que he tenido unas cuantas.



bizcocho de plátano y chocolate

Ingredientes.


· 2 huevos.
· 100 g de harina de trigo.
· 100 g de harina integral.
· 160 g de azúcar moreno.
· 3 plátanos maduros.
· Un sobre de levadura química (tipo Royal).
· Un pellizco de sal.
· 60 g de aceite de oliva.
· 60 g de leche.
· Una cucharada de zumo de limón.
· Pepitas de chocolate.

 Preparación.

1. Precalentamos el horno a 180ºC.

2. Incorporamos el zumo de limón a la leche.

3. Machacamos los plátanos con un tenedor espolvoreándolos con una parte del azúcar para que no salgan disparados (esto es importante si luego no quieres pisarlos y pegarte un buen golpe).

4. En un bol, batimos con la batidora de varillas los huevos con el resto del azúcar hasta que blanqueen.

5. Añadimos al bol los plátanos mientras seguimos batiendo, después hacemos lo mismo con el aceite y la leche con limón bien removida.

6. Incorporamos la harina, la sal y la levadura tamizadas. Mezclamos suavemente hasta que esté todo integrado y no haya grumos.

7. Añadimos unas pepitas de chocolate al gusto.

8. Veremos la masa sobre un molde previamente enharinado y horneamos durante 50 minutos. Pasados los primeros 30 o 35 minutos podemos abrir el horno y si se nos está dorando demasiado la superficie, colocamos un papel de aluminio.

9. Cuando introduzcamos un palillo y salga limpio, retiramos del horno, desmoldamos y dejamos enfriar completamente.

Recomendaciones.

- Podéis leer este gran post sobre el buttermilk casero. Es lo que hacemos mezclando leche con limón. No os asustéis porque esté cortada, es así. Resumiendo os diré que el buttermilk originariamente era el suero que se obtenía al convertir la nata en mantequilla, hoy en día se realiza añadiéndole acidificando la leche y cultivándola. Sirve para aportar jugosidad a platos horneados, entre otras cosas.

- Es un bizcocho que sube bien aunque en mi foto se vea achatado por los polos, jaja.