8 de julio de 2018

tartaletas de crema y frutos rojos


tarta de crema y frutos rojos
Mamá pato

Tartaletas de crema y frutos rojos
y sus patitos
 
Allá por los albores del mes de mayo cuatro tartaletas como esta aguardaban juntas en mi cocina un nuevo cumpleaños.

Las habituales prisas impidieron sacarles una foto a todas juntas y solo una sobrevivió a la mañana siguiente para el posado pertinente. Una pena porque lucían mucho más en comunidad, casi casi semejaba aquello Pierre Hermé. Sin embargo, no vayáis a pensar que alguien se quedó sin tarta para poder sacar la foto, sino que servidora es muy apañada, obligó a compartir la tercera y secuestró la cuarta para dichos menesteres.

Luego, a la mañana siguiente también hubo que comérsela, claro, pero eso ya es otra historia.

Sólo os puedo recomendar que las hagáis. No son difíciles, quizás una miaja laboriosas, pero si hay una ocasión que merezca la pena, y se me hace complicado no encontrarla, ¡adelante! Tendréis la ventaja de poder rebañar el cazo de crema y de cada cuatro cerezas que deshueséis, comeros cinco. Os lo digo yo, que fui capaz.


La receta está extraída del blog de El Invitado de Invierno. Echadle un ojo porque no hace falta irse tan lejos para aprender y ver maravillas. Como autobombo, recodad también esta otra tarta de manzana con base de masa quebrada y crema que se esconde en las entrañas de este bloguito.

Finalmente, si habéis entrado en las últimas dos semanas en el blog y no habéis podido, os pido disculpas. Un año más, me olvidé de pagar el dominio a tiempo. Así soy.

Ingredientes (para 4 tartaletas de 8 cm)

Para la masa quebrada
· 200 g de harina
· 100 g de mantequilla fría
· Un pellizco de sal
· 50 g de agua fría

Para la crema pastelera
· 270 mL de leche entera
· 2 yemas
· 50 g de azúcar
· 30 g de Maizena
· 60 g de mantequilla
· Cáscara del limón y vainilla para aromatizar

Para el acabado
· 125 g de fresas
· 125 g de cereza
· 125 g de arándanos
· 125 g de frambuesas
· Azúcar glas (opcional)

Preparación

Masa quebrada

1. Ponemos la harina en un cuenco. Hacemos un volcán y añadimos el resto de ingredientes: la sal y la mantequilla bien fría cortada en cubitos.

2. Comenzamos a trabajar la masa con la punta de los dedos como si pellizcáramos algo (o a alguien). Hay que trabajar muy rápido para que la mantequilla no se ablande. Se hacen migas, como si fuera arena.


3. Añadimos el agua y mezclamos hasta que las migas se unan, intentando trabajar de forma rápida.

4. Pasamos la masa a la encimera y la aplanamos un poco para que se cohesione. Se envuelve en papel film y se lleva al frigorífico durante 10 o 15 minutos. Si veis que es necesario más tiempo para manejar mejor la masa, no hay problema.

3. Se saca del frigorífico y se coloca entre dos trozos de papel hornear o papel film. La comenzamos a estirar con el rodillo hasta que tenga un grosor de aproximadamente medio centímetro. Con sumo cuidado la colocamos sobre el molde engrasado dejando que sobresalga algo de masa por los bordes. Pasamos el rodillo por encima para que se corte el excedente de masa.


4. Con ese excedente formamos una bolita con la que presionaremos los bordes de la tarta sobre el molde para que se adhiera bien. Pinchamos la base con un tenedor repetidamente y cubrimos con un círculo de papel de hornear sobre el que apoyaremos las legumbres (para que la tarta al hornearse no pierda su forma). Precalentamos el horno a 200 ºC y mientras metemos la masa en el congelador.

5. Bajamos la temperatura a 180º y horneamos durante 25 minutos.

6. Retiramos las legumbres y dejamos enfriar.


7. Una vez la base esté fría pintamos su superficie con una fina capa de chocolate blanco derretido o clara de huevo para evitar que se humedezca con el relleno y se ablande.

Crema pastelera

1. Hervimos la leche con la vaina de vainilla y la piel de limón. Dejamos infusionar durante 10 o 15 minutos. Colamos y dejamos templar.

2. Batimos las yemas con el azúcar en un bol.

3. Disolvemos la Maizena en la mezcla de yemas y azúcar batiendo enérgicamente para que no queden grumos.

4. Incorporamos un cucharón de leche tibia a la mezcla y disolvemos bien. Es importante que la leche no esté muy caliente. Vamos añadiendo la leche el resto de la leche paulatinamente.

4. Devolvemos toda la mezcla a un cazo y lo calentamos a fuego suave (2-3 en mi cocina de inducción). Es importante que no llegue a ebullición para que las yemas no se cuajen. No dejamos de remover. Si vemos que es necesario, podemos separarnos del fuego en ocasiones.

5. Después de unos 15 minutos removiendo constantemente la mezcla comienza a coger cuerpo y de repente, sucede la magia y la crema está lista.

6. Agregamos ahora la mantequilla en pomada y la integramos en la crema pastelera.

7. Vertemos la crema en un bol, tapamos con papel film pegado a la superficie (para que no se forme costra).

Fruta

1. Lavamos las frutas y las escurrimos y secamos con cuidado. 

2. Retiramos el hueso de las cerezas y las partimos por la mitad. Cortamos las fresas en trozos similares. Los arándanos y las frambuesas los mantenemos enteros.

Montaje

Hay dos opciones según la antelación con la que preparéis las diferentes preparaciones.

A. Tenéis la base de masa quebrada fría y añadís la crema pastelera en caliente (se extiende mejor) y dejáis enfriar el conjunto antes de añadir la fruta. Posteriormente añadís la fruta y espolvoreáis con azúcar glas.

B. Tenéis la base de masa quebrada fría y añadís la crema pastelera también fría (se extiende peor) e incorporáis la fruta en el momento.

En cualquiera de los dos casos, también se puede reservar la tarta en la nevera. Al contrario que otro tipo de tartas, es mejor consumirla pronto pues la fruta cortada tiene menos aguante.

Notas

- Podéis realizar una masa quebrada dulce. Para mí no es necesario y el toque salado de la base es interesante.
- Si necesitáis que la fruta aguante un poco más, podéis seguir los consejos de Miriam y añadir gelatina para su mejor conservación.
- Se puede variar la fruta, melocotones o manzanas quedan genial.
- En mi caso realicé cuatro tartaletas, sólo con dos moldes, con lo cual tuve que hacer dos tandas de cocción. Si utilizáis un solo molde, emplead uno redondo de 18 cm de diámetro o uno cuadrado de 20 cm de lado.

Vuestras fotos


Pablo ha preparado estas cuatro tartaletas para su familia en cuarentena.




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