Ahora mismo se supone que tendría que estar escribiendo un pequeño ensayo titulado "Aplicación de la razón pura al sentimiento del amor". Así, en frío. No preguntéis. Yo he decidido pasar por ahora del tema y hablaros a vosotros de unos garbanzos con ajetes, que me es más familiar y cercano. No sé que tal le parecerá al profesor, será cuestión de llevarle una tarterilla para que cate. Se conquista por el estómago, dicen...
Por otro lado me pronosticaron que hoy me sentiría como si una manada de mil ñus hubiese pasado por encima de mí. Los veo. A los 1000. Y subo dos camiones como el de Mandy —fans absoluta de la redacción de la noticia ¿gran piloto? ¿pésimo navegante? JUAS—. En un intento de sentirme fuerte y sabiendo que son el punto delicado de mis "menuses" hemos comido un resultón y primaveral plato de garbanzos.
Aunque hoy, mayo, marcea y quien hubiera pillado un buen cocido de mi padrino. Ays.
Un garbanzo no hace puchero, pero ayuda al compañero.
Que sapiencia ;)
Ingredientes.
· 400 g de garbanzos cocidos (un bote de conserva).
· 6-8 ajetes tiernos.
· 400 g de setas variadas (champis, shiitake, pleorotus).
· Una cebolleta.
· Aceite de oliva.
· Sal y pimienta.
· Perejil picado.
Preparación.
1. Pelamos y picamos la cebolleta. La pochamos en una sartén con un par de cucharadas de aceite de oliva.
2. Picamos los ajetes y los añadimos a la sartén a fuego medio.
3. Incorporamos los garbanzos cocidos bien lavados (si son de bote) y dejamos que se doren.
4. Lavamos las setas, las troceamos y las salteamos a fuego fuerte en otra sartén. Esto último es opcional. Yo no quería que soltasen demasiada agua en el salteado de garbanzos y por eso preferí hacerlas en una sartén diferenciada.
5. Juntamos las setas con los garbanzos. Salteamos durante unos minutos, salpimentamos y espolvoreamos con perejil picado.
Recomendaciones.
- Incorporar también unas espinacas frescas picadas. Yo iba a hacerlo, pero se me olvidó. Ahora las espinacas están en la nevera esperando una nueva puesta de largo.
- Un par de guindillas tampoco le van a sobrar.
Algún avezado psicólogo tendrá que investigar la relación entre "Aplicación de la razón pura al sentimiento del amor" y los garbanzos con ajetes. Yo ya hace tiempo que dejé de buscar explicaciones a los razonamientos de Lucía cuando cocina. Me importa el resultado, y sobre el resultado no tengo dudas. Tanto da que piense en Kant, en los camiones o en el Catán, al final te comes unos garbanzos "que no se los salta un gitano".
ResponderEliminarOjo con las guindillas, a ver si se van a llevar todo el foco del plato.
A todas éstas, ¿ande andará Mandy Pomerenke? Si supiera su dirección le enviaba una caja de Málaga Virgen, droga barata y legal que le haría feliz por unos días.
Querido padre, no hay que buscar ninguna relación psicológica. Tenía que estar escribiendo ese "ensayo" y evidentemente, no tenía ganas y me dediqué a escribir sobre garbanzos, que es más fácil. Lo siguiente más fácil es hablar sobre el Catán (próximamente).
Eliminar